El gobierno convocante considera que el cambio climático representa una amenaza real para la existencia de la humanidad, de los seres vivos y de la Madre Tierra tal como hoy es conocida. Y alega que ha constatado un grave peligro climático que existe para islas, zonas costeras, glaciares de los Himalayas, los Andes y las montañas del mundo, los polos de la Tierra, regiones calurosas como el África, fuentes de agua, poblaciones afectadas por crecientes desastres naturales, plantas y animales, y ecosistemas en general.
La convocatoria de Bolivia se ha basado en la evidencia de que “los más afectados por el cambio climático serán los más pobres del planeta que verán destruidos sus hogares, sus fuentes de sobrevivencia y serán obligados a migrar y buscar refugio. Hemos confirmado que el 75% de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero se originaron en los países irracionalmente industrializados del norte, y que el cambio climático es producto del sistema capitalista. Lamentamos el fracaso de la Conferencia de Copenhague por responsabilidad de los países llamados desarrollados que no quieren reconocer la deuda climática que tienen con los países en vías de desarrollo, las futuras generaciones y la Madre Tierra”.
El presidente boliviano Evo Morales Ayma afirmó que para garantizar el pleno cumplimiento de los derechos humanos en el siglo XXI “es necesario reconocer y respetar los derechos de la Madre Tierra, reafirmar la necesidad de luchar por la justicia climática, reconocer la necesidad de asumir acciones urgentes para evitar mayores daños y sufrimientos a la humanidad, la Madre Tierra, y restablecer la armonía con la naturaleza”.
La Cumbre celebrada en la capital de Dinamarca concluyó sin consenso sobre el Acuerdo de Copenhague, del que la ONU sólo “tomó nota”. El texto final fue negociado durante una reunión cerrada restringida a unos pocos líderes de varios países, entre ellos Estados Unidos, China, India, Granada, Sudáfrica y Brasil, con la presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon. Ello causó el disgusto de otras naciones que se sintieron excluidas, como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Sudán. Aquel documento estipulaba un aporte de 10.000 millones de dólares anuales entre 2010 y 2012 para que las naciones más vulnerables pudieran hacer frente a los efectos del cambio climático, y 100.000 millones anuales a partir de 2020 para políticas de mitigación y adaptación. No mencionaba en absoluto parámetros específicos sobre emisión de gases de Efecto Invernadero por parte de las naciones altamente desarrolladas y potencias emergentes como China e India..
El secretario general Ban Ki-moon consideró que se había dado un paso adelante muy importante hacia la limitación y reducción de emisiones de tales gases. Expresó: “Puede ser que el acuerdo no satisfaga a todos. Sé que tanto los países desarrollados como los en desarrollo no están felices. Pero creo que a través de la adopción del Acuerdo de Copenhague van a poder conseguir todo lo que necesitan, pese a que no todos han obtenido lo que querían”. Acotó que era crucial implementar este acuerdo de inmediato y mencionó al respecto tres tareas fundamentales:
a) La primera es que debemos transformar este acuerdo en un tratado legalmente vinculante el año próximo, b) la segunda, es que debemos lanzar el Fondo Climático Verde de Copenhague lo antes posible y debe mostrar resultados inmediatos para la gente que los necesita, y c) en tercer lugar se deben plantear objetivos más ambiciosos.
“Los compromisos de mitigación actuales todavía no logran el nivel básico que minimice el riesgo de cambio climático y las consecuencias serán graves”, advirtió el funcionario internacional.
La anunciada Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra tiene por objetivos:
1) Analizar las causas estructurales y sistémicas que provocan el cambio climático y proponer medidas de fondo que posibiliten el bienestar de toda la humanidad en armonía con la naturaleza.
2) Discutir y acordar el proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra.
3) Acordar las propuestas de nuevos compromisos para el Protocolo de Kioto, y para proyectos de Decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que guiarán el accionar de los gobiernos comprometidos con la vida en las negociaciones de cambio climático y en todos los escenarios de Naciones Unidas, respecto a:
a) deuda climática,
b) migrantes-refugiados del cambio climático,
c) reducción de emisiones,
d) adaptación,
e) transferencia de tecnología,
f) financiamiento,
g) bosques y cambio climático,
h) visión compartida,
i) pueblos indígenas, y
j) otros
4) Trabajar en la organización del Referéndum Mundial de los Pueblos sobre el cambio climático.
5) Analizar y trazar un plan de acción para avanzar en la constitución de un Tribunal de Justicia Climática;
6) Definir las estrategias de acción y movilización en defensa de la vida frente al Cambio Climático y por los Derechos de la Madre Tierra.
En otras declaraciones, el presidente boliviano Morales sostuvo que "las causas del calentamiento global del planeta se originan en una irracional e ilimitada industrialización promovida por las grandes potencias que han contaminado el ambiente y ponen en riesgo la vida de los seres vivos, no solamente de los humanos". Lamentó que algunos líderes mundiales prefieran optar por el dinero y las ganancias y no por la defensa de la vida. Añadió que "es necesario que los gobernantes optemos por contribuir a la vida para salvar a la humanidad y no para matarla. Elevar el calentamiento global a dos grados centígrados sería una amenaza contra la sobrevivencia del mundo, al punto que elevará las aguas de los océanos hasta provocar la desaparición de islas donde viven seres humanos”.
El pasado domingo 31 de enero, la prensa europea resaltó que ese día finalizaba el plazo para que los países participantes en la cumbre de Copenhague dieran a conocer sus propuestas de reducción de gases perjudiciales, lo cual según la organización no gubernamental Oxfam Internacional será el "fracaso de la primera prueba" surgida tras la cumbre en el país nórdico y el principio de un proceso que llevará al mundo a ser "cuatro grados más caliente".
Los mismos medios comentaron que los líderes internacionales han fracasado hasta el momento a la hora de proponer los recortes adecuados en las emisiones de gases contaminantes. A ese respecto, dicha ONG señaló a la Unión Europea, Japón y Australia, quienes ya han puesto sus planes sobre la mesa, "ninguno de los cuales mejoran las ofertas ya existentes" antes de Copenhague. Se espera que los países ricos reduzcan sus emisiones hasta entre un 12 y 18 por ciento por debajo de los niveles registrados en 1990, es decir, menos de la mitad del 40 por ciento necesario para que en estos países se mantenga la temperatura en el nivel que Oxfam considera adecuado. Si estos países se atienen al 12-18 por ciento previsto, los científicos predicen que la temperatura media del planeta subirá cuatro grados hacia el 2100.
Este ascenso de la temperatura creará, según diversos científicos, "un mundo tullido por la sequía, en el que cuatro mil millones de personas estarán directa o indirectamente afectadas por la escasez de agua en todo el mundo, con sequías cada diez años en el sur de África y Europa, donde este tipo de fenómenos suele tener lugar una vez cada siglo. "Los líderes mundiales van a fracasar en su primera prueba desde la declaración de Copenhague. Han reconocido que las temperaturas deberían mantenerse por debajo del nivel de emergencia de dos grados, pero todavía siguen hablando de reducciones que desembocarán en un aumento de cuatro grados", explicó el asesor climático de Oxfam, Antonio Hill.
Finalmente, existe a nivel de numerosas naciones en vías de desarrollo la convicción de que la carta de intenciones de Copenhague es un testimonio limitado que demuestra que ni siquiera el mínimo común denominador acordado por los países garantiza los recortes necesarios para evitar semejante calentamiento. Por ello, Oxfam ha solicitado que el objetivo global de la reducción de emisiones de acuerdo con datos científicos sea calculado conforme a las responsabilidades históricas de cada país, y de su capacidad económica para resolverlo.